Los dedos de una mano necesitan cerrar para hacer
un puño.
En todos los cestos de manzanas
hay algunas manzanas podridas y otras están a punto de caerse. Es el principio
de toda colectividad, el agruparse en una misma cesta de ideas- pensamientos-sentires,
en la que hay de todo, nada es un camino
de rosas y trabajar en puño como uno solo no está a salvo de estás
complejidades.
Complejidades que siempre surgen
a raíz de un análisis muy simple, esas manzanas no tienen la misma idea que las
otras manzanas, están dentro por otros motivos y lo más grave que estás
podridas pueden podrir a otras provocando un contagio colectivo.
Por culpa de ello, las otras
manzanas no lucen como deberían, frescas y tiernas; y el cesto de ideas-pensamientos-sentires
se queda como cesto opaco sin brillantez y sin ser lo que pude ser o lo que
pretendes que sea cuando lo pones en la mesa y lo vas llenando con cariño,
solidaridad, humanidad, ganas e ilusiones.
Así las cosas, las ideas sin
buenas intenciones humanas dejan pronto
de ser ideas colectivas útiles para la sociedad llevándose las horas y el
esfuerzo de muchas personas por delante porque solo les importa dejar de ser “manzanas
podridas o que no caben en el cesto de una idea colectiva”.
Estos principios les cuesta
entenderlo a muchas personas narcisistas con un ego impropio e insolidario. Si tú
tienes un criterio, una idea o un sentir diferente al colectivo, ¿por qué estás
en él?... Si quieres divulgar tus
propias ideas en contra de las del colectivo, ¿por qué ostentas o ocupas una representación
del colectivo?... Sí quieres una privacidad total de la parcela de tu vida ¿por
qué haces publica tú imagen dentro de un colectivo?...
Las parcelas propias e
inviolables deben ser flexibles ante el bien del éxito de una idea colectiva
abriendo parte de la misma a tus conciudadanos, porque estás ahí en línea para ellos, para dar
ejemplo incluso ser guía - maestro en muchas
ocasiones de tu vida comunitaria porque es eso lo que da energía a un colectivo
social… Fortificándola de solidez,
seriedad, complicidad, deber ciudadano, solidaridad, responsabilidad social, cohesión
y sobre todo humanidad unida a un solo puño.
Si pretendemos actuar hermanados
debemos limpiar de vez en cuando el cesto, ubicar las manzanas caídas dentro de
sus posibilidades sociales, renovar las manzanas antes de que se pudran dándoselas
de comer a un pueblo hambriento de honestidad, verdad, lucha sincera y
libertad. Solo así y siempre en espiral hacia arriba para el pueblo, con el
pueblo y por el pueblo las ideas llegan en beneficio a él. Todo por el bien
común con sentido común.
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