Cuando el alma languidece, mi mañana se abre paso,
con prisas para encontrarse con la tuya.
Las rutinas y las dobleces del tiempo y el espacio
pone un muro de contención al sentirnos, amarnos,
y nos aferramos a vivirnos
sujetándonos en cómplices miradas y gestos,
tenues caricias y pensamientos,
dulces roces ingenuos e intensos.
Ante nuestro sol enterramos el corazón
siendo lo que tenemos que ser,
palabras que sobran ante
nuestra proximidad que nos deja sentirnos en incierto encuentro.
Cuando nos gritamos en silencio
alrededor todo enmudece
nada pasa, nada se detiene
y solo nos une el corazón
que por momentos a prisa late,
a momentos en un suspiro se pierde.
Quédate con tu parte del amor, antes de que la mía se pierda
así siempre me podre encontrar en ella
cada vez que mi tierra me deje,
cada vez que tu lo desees.
Gemma Gerez Requena
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